jueves, 31 de marzo de 2016

Dicotomía social

Hay días en los que me levanto con mucha energía, quizás con mucho amor hacia el mundo (si alguien prefiere que lo llame así). En esos días, como hoy, me dan ganas de saber cómo están todos mis amigos. Si me los cruzo con ellos les pregunto cómo les va, cómo les ha ido, o sino les hablo por alguna red social. En días como hoy siento que puedo reconciliarme con todo el mundo, cruzar grandes valles para dar una pequeña visita a las localidades alejadas por el tiempo. Me acuerdo del pasado e imagino un futuro. Extiendo mis brazos y tiro de ellos.

Hay otros días (la mayoría), en que siento que estoy muy cómoda con mi pequeño círculo social: mamá, tía, pololo, cheshire. En esos días hablo poco (o hablo mucho con los pocos) y me siento realmente asocial. Hasta llego a la casa y trato de no salir de mi pieza (como la Ivania). En esos días pienso en todos mis más queridos conocidos y amigos, y siento que la distancia entre nosotros, alargada por el tiempo y los estudios, es insondable. En esos días siento que yo recogo mis brazos y suelto. En esos días me distraigo y me desvío de mis metas y deseos, porque no tengo fuerzas para seguirlos.

Pero.... vamos a mirar para adelante. Ojala siempre pudiera estar disponible anímicamente para todos.