Algo me pasa que, incluso en vacaciones, a kilómetros de distancia, todos los días a mi mente asaltan ideas y hechos que acongojan, me clavan, me atormentan, y tengo que apartar la vista de lo que veo, tengo que cerrar los ojos, tengo que fruncir las cejas, mirar para otro lado unos minutos, hasta autoimponerme el olvido y la despreocupación. De verdad siento que algo me pasa.
Me agobian pensamientos con algo de horror a la vuelta a clases.... enfrentar y soportar una y otra vez las mismas ideas y palabras de los profesores; los mismos problemas, las mismas metas, de manera cíclica una y otra vez y para colmo, por las mismas personas (bueno, para eso le pagan ¿no?). Unos dirán, que el último año me he "relajado", me he "despreocupado" (tal vez otorgándole un poco de culpa al curso, a los compañeros, incluso a la tecnología), pero lo cierto es que he estado más preocupada que nunca, y esto me está matando. Por eso lo escribo y no puedo parar...
Como decía, me agobia tan solo pensar en el ritmo del colegio, pensar en la presión de tener que estudiar; tener que aprobar exitosamente, o pensar en mostrar una figura de buena índole (y lo peor es que no puedo ni siquiera ser rebelde ¡No puedo!; es algo mío, que ni entiendo ni me puedo oponer a ello: simplemente es como si mi Yo me obligara a hacer todo correctamente, y por eso me siento tan mal, de verdad, si hago lo contrario. Como si hubiera nacido para hacer todo bien. Es algo de mi, que no me gusta y no puedo evitar).
Escribo... porque no basta con hablarlo (es necesario tener un registro) y además, así me ordeno, y no se me olvidan las conclusiones que tomo (y de esta manera, no puedo atentar contra ellas).
"Tengo la weá", si, la weá vocacional más presente que nunca y tengo mucho que decir de ello una y otra vez (bueno, tal vez no tanto) y siento mucho marear a los lectores con el condenado tema. Siempre he sido una persona un tanto pasiva, que prefiere quedarse en silencio observando y que de vez en cuando muestra sus propias ideas y/o se integra cuando le interesa el tema. Me gusta la simplicidad. También me pasa que cuando tengo proyectos, no los puedo llevar a cabo con seguridad, hasta que alguien me de su opinión, sugerencia o aprobación (aunque no sea muy evidente, dependo un poco de las opiniones de los demás. Solo un poco porque no cambio mi persona ni mis actos por las ideas de los demás; solo las pienso un poco más para llegar a una especie de convicción), entonces es por eso mismo que me cuesta decidir un camino que recorrer hacia el futuro; porque no estoy totalmente segura de mis propias ideas; necesito consejos y etcéteras. Soy un ser horrible: indefenso, frágil, tímido, torpe... pero supongo que es algo que se arreglará con el pasar de los años (¡tiene que suceder!)
Yo... realmente, no se por dónde comenzar a devorar el queque; no se cual esquina tirarme a la piscina. Y en mi mente, todo aparece como una tortura al construir y reconstruir escenas y diálogos de la cotidianidad de las clases y etcéteras. A veces visualizo la imagen de algún inspector y me dan ganas de gritarle todo lo que pienso ¡porque nunca nos dejan opinar! (aunque claro está, que ellos siempre, cuando sus respuestas no le den responsabilidad al alumno, se la atribuirán a "los de arriba", transformándose en simples intermediarios miserables. Y claro, cuando las órdenes provienen desde arriba, ahora uno se imagina al jefe (en este caso, la jefa) y todos sus gestos y frases gesticuladas de manera inconsciente pero que revelan muchas cosas acerca de su temperamento autoritario y su frecuente INTRANSIGENCIA. Pobres profesores, simples empleados de tales seres...).
...¿Tanto odio tengo acumulado, que escribo como rompiendo el papel?
Bueno, como decía, lo mismo con los profesores: me dan unas ganas de decirles "no, no estudié todo lo que usted esperaba de mi porque estaba triste, y no me mire así; y no diga que antes yo era tan buena alumna y pacífica porque..." bla bla.
En fin. Siento como si en los últimos meses un millón de miradas hubieran recaído sobre mis espaldas (de un modo negativo) pero al mismo tiempo que a todo el "choclón", o sea, me he sentido como en un gallinero, y como si yo fuera una de esas gallinas que ya está bien gordita para la olla, y que lo está cada vez más notoriamente...
Ustedes dirán (yo diré): ADOLESCENCIA
¿?
Yo me siento como si hubiera escalado hacia una cúspide, y como si de un momento a otro hubiera resbalado y estancado horas interminables con una lesión en el tobillo.
DESESPERACIÓN Y FURIA, así definiría a las últimas notables once páginas rayadas, en mi libretita conspicua.
Me queda una semana de vacaciones y ya me siento mal por la primera semana de clases; la última "patita" del año. Y el tiempo pasa, a su tiempo; ni rápido ni lento pero pasa... Y siento, como a menudo creo sentir, que no me he explicado lo suficiente y necesariamente bien.
¿Tendré estrés?
PD: me da pánico (PÁNICO) pensar en que tal vez en el futuro viva en un espacio minúsculo y me da una especie de claustrofobia psicológica adelantada, y me doy cuenta de que llevo muchos años pensando en que cuando comience a vivir en Santiago, haré muchas cosas desde cero...
Me agobian pensamientos con algo de horror a la vuelta a clases.... enfrentar y soportar una y otra vez las mismas ideas y palabras de los profesores; los mismos problemas, las mismas metas, de manera cíclica una y otra vez y para colmo, por las mismas personas (bueno, para eso le pagan ¿no?). Unos dirán, que el último año me he "relajado", me he "despreocupado" (tal vez otorgándole un poco de culpa al curso, a los compañeros, incluso a la tecnología), pero lo cierto es que he estado más preocupada que nunca, y esto me está matando. Por eso lo escribo y no puedo parar...
Como decía, me agobia tan solo pensar en el ritmo del colegio, pensar en la presión de tener que estudiar; tener que aprobar exitosamente, o pensar en mostrar una figura de buena índole (y lo peor es que no puedo ni siquiera ser rebelde ¡No puedo!; es algo mío, que ni entiendo ni me puedo oponer a ello: simplemente es como si mi Yo me obligara a hacer todo correctamente, y por eso me siento tan mal, de verdad, si hago lo contrario. Como si hubiera nacido para hacer todo bien. Es algo de mi, que no me gusta y no puedo evitar).
Escribo... porque no basta con hablarlo (es necesario tener un registro) y además, así me ordeno, y no se me olvidan las conclusiones que tomo (y de esta manera, no puedo atentar contra ellas).
"Tengo la weá", si, la weá vocacional más presente que nunca y tengo mucho que decir de ello una y otra vez (bueno, tal vez no tanto) y siento mucho marear a los lectores con el condenado tema. Siempre he sido una persona un tanto pasiva, que prefiere quedarse en silencio observando y que de vez en cuando muestra sus propias ideas y/o se integra cuando le interesa el tema. Me gusta la simplicidad. También me pasa que cuando tengo proyectos, no los puedo llevar a cabo con seguridad, hasta que alguien me de su opinión, sugerencia o aprobación (aunque no sea muy evidente, dependo un poco de las opiniones de los demás. Solo un poco porque no cambio mi persona ni mis actos por las ideas de los demás; solo las pienso un poco más para llegar a una especie de convicción), entonces es por eso mismo que me cuesta decidir un camino que recorrer hacia el futuro; porque no estoy totalmente segura de mis propias ideas; necesito consejos y etcéteras. Soy un ser horrible: indefenso, frágil, tímido, torpe... pero supongo que es algo que se arreglará con el pasar de los años (¡tiene que suceder!)
Yo... realmente, no se por dónde comenzar a devorar el queque; no se cual esquina tirarme a la piscina. Y en mi mente, todo aparece como una tortura al construir y reconstruir escenas y diálogos de la cotidianidad de las clases y etcéteras. A veces visualizo la imagen de algún inspector y me dan ganas de gritarle todo lo que pienso ¡porque nunca nos dejan opinar! (aunque claro está, que ellos siempre, cuando sus respuestas no le den responsabilidad al alumno, se la atribuirán a "los de arriba", transformándose en simples intermediarios miserables. Y claro, cuando las órdenes provienen desde arriba, ahora uno se imagina al jefe (en este caso, la jefa) y todos sus gestos y frases gesticuladas de manera inconsciente pero que revelan muchas cosas acerca de su temperamento autoritario y su frecuente INTRANSIGENCIA. Pobres profesores, simples empleados de tales seres...).
...¿Tanto odio tengo acumulado, que escribo como rompiendo el papel?
Bueno, como decía, lo mismo con los profesores: me dan unas ganas de decirles "no, no estudié todo lo que usted esperaba de mi porque estaba triste, y no me mire así; y no diga que antes yo era tan buena alumna y pacífica porque..." bla bla.
En fin. Siento como si en los últimos meses un millón de miradas hubieran recaído sobre mis espaldas (de un modo negativo) pero al mismo tiempo que a todo el "choclón", o sea, me he sentido como en un gallinero, y como si yo fuera una de esas gallinas que ya está bien gordita para la olla, y que lo está cada vez más notoriamente...
Ustedes dirán (yo diré): ADOLESCENCIA
¿?
Yo me siento como si hubiera escalado hacia una cúspide, y como si de un momento a otro hubiera resbalado y estancado horas interminables con una lesión en el tobillo.
DESESPERACIÓN Y FURIA, así definiría a las últimas notables once páginas rayadas, en mi libretita conspicua.
Me queda una semana de vacaciones y ya me siento mal por la primera semana de clases; la última "patita" del año. Y el tiempo pasa, a su tiempo; ni rápido ni lento pero pasa... Y siento, como a menudo creo sentir, que no me he explicado lo suficiente y necesariamente bien.
¿Tendré estrés?
PD: me da pánico (PÁNICO) pensar en que tal vez en el futuro viva en un espacio minúsculo y me da una especie de claustrofobia psicológica adelantada, y me doy cuenta de que llevo muchos años pensando en que cuando comience a vivir en Santiago, haré muchas cosas desde cero...
2 comentarios:
Yo no creo que seas alguien débil. Frágil tal vez, en tu conciencia de lo cómodas que son las burbujas y lo mal que hacen, pero débil... débil no.
¿Por qué sigues intentando demostrarle cosas al mundo?
Eres buena, eres inteligente y capaz.
¿Por qué necesitas explicarnos por que no estudiaste, o demostrarnos que a pesar de todo eres buena?
Solo se tú. Conmigo eres tú y a mí me gusta... hazle un poco de yaoming a la vida ¿qué importa si ellos te reprochan que ya no eres perfecta?
La perfección solo existe como medio imaginario de presión.
Tal vez lo hago porque si ellos lo creen, yo me convenzo ? :c
gracias
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