sábado, 23 de febrero de 2013

Desborde

Se siente más segura en la oscuridad porque es joven y tiene pudor de su cuerpo.

Hoy tiene insomnio porque mañana viaja, y no puede hacer mucho, porque comparte la habitación.

No le gusta sentarse con las piernas juntas, y muchas veces cuando camina, le hipnotiza su propia silueta.

Hoy, su piel está húmeda, y solo la ilumina un poco la luz de la luna. No puede hacer mucho, debe mantener el secreto.

Cuando se mira al espejo, le agrada el ángulo de su cintura, y cierto contorno en el comienzo de sus piernas, pero prefiere dejar en el olvido otros de sus grandes dotes, ya que no se aprecia, y se siente poca cosa.

El entre-abrir y cerrar de su boca no concreta nada, y solo acaba cuando los músculos comienzan a doler, cuando ya son las 3 de la madrugada, cuando se da cuenta que las sábanas arden... Quién lo pensaría.

Simplemente no puede abandonar el vicio. Si el instinto se lo pide, es capaz de llegar atrasada a una cita, nada más que por complacerse.

Es raro.

Es asombroso.

Es tal vez limitante.


Así está la cosa... Potenciada con una mente cada vez más osada.

1 comentario:

Ches dijo...

¿Y si lo que pide el instinto daña a alguien más?

¿Seguirá disfrutando la sensación de mirarse al espejo y amarse despreciándose un poquito por eso?

Solo son preguntas al azar, dichas sin intención ni conocimiento alguno. Vinieron solas al leer el texto, y acaban de irse a través de los dedos.