viernes, 5 de julio de 2013

Sed de compañía


Yo no sé si ha sido mi forma de criticar al mundo, la cual siempre he sabido que es solo una opinión y no por eso está bien. Pero como en una prueba de comprensión lectora, justifico cada una de las alternativas, solo para asegurarme de que mi conjetura es la correcta, y también para que de ese modo si me olvido, al leerlo vuelva a pensar en lo mismo de la misma manera. Si hago una crítica, no es para que me digan que si, sino solo para expresarla y en el mejor de los casos, para que me convenzan.

Yo no sé si he sido muy seria, mas es la forma en que me acomoda vivir. Resulta que siento que la gente me evita e incluso se censuran a sí mismos con tal de no ver mi reacción de molestia, en el caso de.[Que gente tan estúpida… ]
Entiendo la diversidad y no pido que piensen todos como yo, sino solo que tengan la voluntad de ser ellos mismos; convencerme de que son lo que son y no que son lo que quieren hacerme ver.

Me daclaro como ente observadora, y un observador se decepciona si su objeto de estudio se perturba por la presencia del observador. Así me siento yo; siento que mi presencia altera el curso normal y esperado del entorno. Lo cual no quiero.

Lo malo de eso es que la introspectiva se pasa de la cuenta. Cuando comienzo a hablar sola, todo se vuelca negativo.

Entonces busco otras realidades, otras preocupaciones, que en mi perspectiva se tornan más cálidas que las mías. Me siento bien si alguien me acompaña porque si estoy sola mis propósitos no funcionan… Personas que me levanten al menos por media hora en un pasillo o en una once.

Y apenas se desvanecen, la pena aparece.


Hay tantas frustraciones y miedos, y soy tan estúpida, frágil y poca cosa.

1 comentario:

Ches dijo...

No es que la gente evite hablar frente al observador o se censure a si mismo para no ver cierta reacción por su parte..., pienso; es que si el observador quiere jugar, ha de respetar las normas del juego.
Si no, ha de conformarse con ser un observador que no interviene, que no participa y que no existe en la realidad que observa.
Si el observador no existe, como planea, a nadie le interesa que éste lo vea de determinada manera o no lo vea; tampoco buscan concordar con él, o dejar de ser ellos mismos para convencer a nadie, ni calzar con nadie. Por que eso haría que el observador se convierta en un jugador y dejase de ser observador. Si se ha nombrado a si mismo observador, así es como los jugadores lo tratarán. Como un simple ser anexo que los mira jugar.

Así es, al menos, como una simple jugadora pasiva, observadora de adjetivo y no de sustantivo, lo ve.