sábado, 2 de junio de 2012

El shock de la primera vista

La desnudez es esa sensación de ver algo dentro de su completa naturalidad, sin protección, dejando en el fondo de una fosa, los siglos de humanidad junto con todos sus irónicos principios axiomáticos de la vida. Es ver a ese algo tal como es, dentro de su propia composición y proporción.

La desnudez puede estar tanto en una persona como en un objeto, pero claro está que el objeto no puede ser una silla, ya que la silla está ingeniosamente diseñada por el para el hombre; el objeto en este caso, sería la silla sin clavos o con los clavos a la vista, a punto de desarmarse, o una ventana sin vidrio, o una cama sin colchón. En cuanto al ser humano, obviamente la desnudez está sin vestimenta...

Pero, ¿dónde está el shock de aquello? Me atrevo a responder, en el contraste.

Aparte de lo morboso y moralista, está el contraste de ver a la persona que, inmersa en la sociedad, sigue los axiomas y al quitarse la rop a de encima, se queda sin ellos; queda ella misma, como es sola. Es como... el negro es negro y el blanco es blanco, pero cuando el negro se quita el negro... queda blanco (o cualquier color pero no negro), y ese es el contraste: blanco-negro; dos cosas que creíamos distintas, en una sola.

¿Han visto a las Majas?

¿Por qué juntas han causado furor a lo largo de la historia? La Maja Vestida y, La Maja Desnuda.


Si Goya hubiera pintado únicamente o una u otra, no sería lo mismo; no tendríamos el factor del contraste.

Estas son mis divagaciones más allá del misterio mismo de cada uno.


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