Ya no me acuerdo de como fue el primer día de clases de este año, ni de ningún otro a decir verdad, excepto de unos dos nítidamente: hace dos años, en 1º medio recuerdo la luz amarilla que tenía la sala, mi lepo corto y la conversación de "qué pasó en vacaciones", recuerdo que estábamos muy aburridos ese día. Y el otro... más bien es una sensación que una imagen, es el primer día de clases en 1º básico.
Cuando entré en la sala (atrasada), sentí un gran orgullo caminando con la frente en alto, casi modelando por haber esperado todo el verano para entrar al colegio (porque yo estaba deseosa de asistir al colegio y aprender a leer), sintiéndome más inteligente y genuina que todos, sintiendo que todo era un mundo nuevo por colonizar y que podía ganar fama. Todo duró hasta que me sacaron de la sala y me llevaron a la sala de Kinder (debido a que "por edad", por un estúpido numerito, no me querían aceptar la matrícula para 1º básico). Entonces, en la sala del Kinder me sentía completamente fuera de lugar y profundamente decepcionada, rodeada de engendros que babeaban y que no sabían hablar (o que por lo menos, sabían hablar menos palabras que yo). Ahí estuve un día o dos. Yo ya había hecho el Kinder una vez y el pre Kinder también, por lo que sabía muy bien las vocales, entre otras cosas, y sabía cortar con tijera de verdad, círculos a la perfección (hasta hoy en día)...
Sonará esto muy soberbio, pero es cómo me sentía, y cuando al fin me aceptaron en el dichoso 1º básico, volví a entrar a la sala, pero esta vez con la cabeza baja, avergonzada como si hubiese sido un desprestigio haber pasado por la situación errónea mencionada, como si haber estado en Kinder de nuevo por un día destruyera toda mi reputación y propia autoestima.
Nunca más ovlví a sentirme así al integrarme a un grupo de persona por equis motivos. Tal vez por eso lo recuerdo tan bien, hasta antes de los seis años, mi mente era auténtica y pura, incapaz de desmoronarse ante un comentario (no hay que considerar los berrinches y los retos de la mamá), mis objetivos estaban claros... y cuando entré al colegio, descubrí la sumisión, y por muchos años he sido sumisa. Por eso es que siempre he opinado que "el colegio es un lugar horrible; lleno de malas influencias, un lugar donde las mentes pura e inocentes son trastornadas y manipuladas por la masa". Recuerdo haber descubierto los celos en el colegio (de parte de compañeras), la envidia, el hurto, las mentiras, en fin, porque es en el colegio donde "los niños son el reflejo de sus hogares" pero es en 1º básico donde más se notan esas diferencias (más tarde no tanto porque ya todo está mezclado), y yo me di cuenta de todas estas cosas en ese entonces, pero nunca se me ocurrió hablar de ello. Cuando las cosas son obvias y por lo tanto, todos las entienden, no me gusta cuestionarlas (False. Now I know it). No dije nada y seguí en silencio a la masa como cualquier individuo que intenta adaptarse para sobrevivir, pero la masa nunca me aceptó completamente, y cuando me aceptó en algún momento, no me sentí cómoda en ella y me quedé con un pie adentro y con un pie afuera...
A todos les debe pasar lo mismo, así que no tiene mayor importancia.
...Es curioso que solo recuerde los primeros días de los primeros ciclos escolares; seguramente también recordaré el primer día de clases en la Universidad.
Bonus:
Siempre he pensado que a un cambio de casa, un cambio de vida; a un cambio de colegio, un cambio de vida; nuevas oportunidades. En ese sentido, he tenido muchas oportunidades y por eso mismo, ya no creo identidad con grandes grupos (cursos), solo con los que yo considero interesantes o útiles.
Cuando entré en la sala (atrasada), sentí un gran orgullo caminando con la frente en alto, casi modelando por haber esperado todo el verano para entrar al colegio (porque yo estaba deseosa de asistir al colegio y aprender a leer), sintiéndome más inteligente y genuina que todos, sintiendo que todo era un mundo nuevo por colonizar y que podía ganar fama. Todo duró hasta que me sacaron de la sala y me llevaron a la sala de Kinder (debido a que "por edad", por un estúpido numerito, no me querían aceptar la matrícula para 1º básico). Entonces, en la sala del Kinder me sentía completamente fuera de lugar y profundamente decepcionada, rodeada de engendros que babeaban y que no sabían hablar (o que por lo menos, sabían hablar menos palabras que yo). Ahí estuve un día o dos. Yo ya había hecho el Kinder una vez y el pre Kinder también, por lo que sabía muy bien las vocales, entre otras cosas, y sabía cortar con tijera de verdad, círculos a la perfección (hasta hoy en día)...
Sonará esto muy soberbio, pero es cómo me sentía, y cuando al fin me aceptaron en el dichoso 1º básico, volví a entrar a la sala, pero esta vez con la cabeza baja, avergonzada como si hubiese sido un desprestigio haber pasado por la situación errónea mencionada, como si haber estado en Kinder de nuevo por un día destruyera toda mi reputación y propia autoestima.
Nunca más ovlví a sentirme así al integrarme a un grupo de persona por equis motivos. Tal vez por eso lo recuerdo tan bien, hasta antes de los seis años, mi mente era auténtica y pura, incapaz de desmoronarse ante un comentario (no hay que considerar los berrinches y los retos de la mamá), mis objetivos estaban claros... y cuando entré al colegio, descubrí la sumisión, y por muchos años he sido sumisa. Por eso es que siempre he opinado que "el colegio es un lugar horrible; lleno de malas influencias, un lugar donde las mentes pura e inocentes son trastornadas y manipuladas por la masa". Recuerdo haber descubierto los celos en el colegio (de parte de compañeras), la envidia, el hurto, las mentiras, en fin, porque es en el colegio donde "los niños son el reflejo de sus hogares" pero es en 1º básico donde más se notan esas diferencias (más tarde no tanto porque ya todo está mezclado), y yo me di cuenta de todas estas cosas en ese entonces, pero nunca se me ocurrió hablar de ello. Cuando las cosas son obvias y por lo tanto, todos las entienden, no me gusta cuestionarlas (False. Now I know it). No dije nada y seguí en silencio a la masa como cualquier individuo que intenta adaptarse para sobrevivir, pero la masa nunca me aceptó completamente, y cuando me aceptó en algún momento, no me sentí cómoda en ella y me quedé con un pie adentro y con un pie afuera...
A todos les debe pasar lo mismo, así que no tiene mayor importancia.
...Es curioso que solo recuerde los primeros días de los primeros ciclos escolares; seguramente también recordaré el primer día de clases en la Universidad.
Bonus:
Siempre he pensado que a un cambio de casa, un cambio de vida; a un cambio de colegio, un cambio de vida; nuevas oportunidades. En ese sentido, he tenido muchas oportunidades y por eso mismo, ya no creo identidad con grandes grupos (cursos), solo con los que yo considero interesantes o útiles.