Fue simple. La acorralé en un callejón oscuro y sin salida y luego la apuñalé diez o doce veces hasta que dejó de retorcerse. Sufrió durante un minuto la desgraciada.
La peor parte fue borrar las evidencias y esconder el cadáver. Con cuidado de no ensuciarme ni de dejar huellas comprometedoras para la policía, la envolví y la dejé caer por ahí, en algún basural.
Murió la condenada polilla, pero mi conciencia está tranquila....
3 comentarios:
Malvada :c
jajajaja ¡Cómo mola!
Me gusta lo siniestro que parece pero sólo es una polilla
Me gusta, me gusta! :)
gracias, eso me hace feliz c':
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